Trastornos obsesivos

¿Te lavas las manos 20 veces al día? ¿Tienes que pulsar el interruptor de la luz un número determinado de veces para estar tranquilo o tranquila? ¿Piensas que si no haces algo podría ocurrir una catástrofe? ¿Te asaltan constantemente pensamientos sobre higiene, orden o muerte? Si has respondido afirmativamente a alguna de estas preguntas, es muy probable que tengas un problema de tipo obsesivo.

Este tipo de trastornos se caracteriza por un pensamiento recurrente que genera malestar en el individuo y le impide adaptarse a su entorno (obsesiones), y habitualmente se acompaña de comportamientos que sirven para tranquilizarlo (compulsiones). Un ejemplo clásico es el de alguien a quien asaltan pensamientos de suciedad acompañados de malestar intenso cada vez que toca un pomo, un billete, un botón… y siente un fuerte impulso de lavarse las manos inmediatamente para que desaparezca el pensamiento y el malestar. Esto puede empezar resultando una incomodidad puntual, pero poco a poco podría convertirse en una especie de “ritual” reproducido decenas de veces al día; a la larga, incluso podría tener tal impacto que quien lo sufre sería incapaz de salir de casa para no contaminarse. Otro ejemplo relativamente común es el de pensamientos sobre miedo a agredir a alguien sin mediar motivo alguno, u obsesiones con contenido sexual inapropiado y desagradable. Afortunadamente, la terapia psicológica ofrece solución a este tipo de problemas.

Como en casi todos los demás casos, cuanto antes se solicite ayuda para superar un problema obsesivo más corta y sencilla resultará la intervención. No obstante, eso no significa que casos de larga duración sean irresolubles; pero requerirán mayor tiempo y esfuerzo para ser solucionados.